Relato de la construcción del primer Santuario filial de Schoenstatt

Estructura y Organización de Schoenstatt




 

Schoenstatt

Una Introducción

por Engelbert Monnerjahn

 

 



Origen e historia

 

EL ACTA DE FUNDACION

El 18 de octubre de 1914 en la capillita dedicada a San Miguel, situada en el centro del valle de Schoenstatt a orillas del Rin, en Vallendar, Alemania, el Padre José Kentenich dictó una conferencia dirigida a la congregación mariana de la casa de estudios de Schoenstatt. El habló de una "secreta idea predilecta". Dicha "idea predilecta" - que él consideraba "casi demasiado audaz para el público pero no demasiada audaz" para la pequeña comunidad de la congregación- era la siguiente: "¿Acaso no sería posible que la capillita de nuestra congregación al mismo tiempo llegase a ser nuestro Tabor donde se manifieste la gloria de María? Sin duda alguna no podríamos realizar una acción apostólica más grande ni dejar a nuestros sucesores una herencia más preciosa que inducir a nuestra Señora y Soberana a que erija aquí su trono de manera especial, a que reparta sus tesoros y obre milagros de gracia".

Con estas palabras el Padre Kentenich les sugirió a los jóvenes congregantes "hacer suave violencia" sobre la Virgen mediante oraciones y sacrificios para que Ella se estableciese en la capillita de San Miguel y la convirtiese en un lugar de gracias y en centro de un movimiento de renovación y educación religioso-moral.

¿Cómo llegó el Padre Kentenich a esta idea? Tanto una convicción religiosa como un acontecimiento concreto jugaron aquí un rol preponderante. La convicción religiosa sostenía que la misión y eficacia de la Virgen no concluyeron con su vida terrena sino que continúan hasta el fin de los tiempos. Como "compañera y colaboradora permanente y ministerial" de Cristo en toda la obra de la salvación, según una expresión del Padre Kentenich, después de su retorno al Dios Trino, María continúa activa y operante, con toda su persona y con su intercesión, en la obra redentora de su divino Hijo. Tal como lo demuestra la historia de la Iglesia, el actuar de María se remite con preferencia a sitios que escoge como lugares de gracia y a personas que se ponen a su disposición como instrumentos.

El acontecimiento concreto fue el origen del lugar de peregrinación en el valle de Pompeya, Italia; acontecimiento que el Padre Kentenich conociera más en detalles en el verano de 1914. Si el obrar creyente y sacrificado del abogado Bartolo Longo había movido a la Virgen a convertir el valle de Pompeya en un lugar bendecido por su actuación ¿por qué no podría ocurrir algo semejante en Schoenstatt si hubiesen personas animadas por un desinterés y espíritu apostólico semejantes?

La "idea predilecta" enardeció los corazones de los congregantes. Vieron en ella no sólo un pensamiento humano sino un ofrecimiento que la Virgen misma les hacía por medio del Padre Kentenich. Ellos hicieron suyo este pensamiento y consagrándose a María como congregantes y bajo la dirección del Padre Kentenich, se pusieron al servicio de Ella esforzándose por aportar a la realización de la "idea predilecta" en la vida diaria y en la educación de su carácter.

Esta consagración que incluyó la aceptación del plan propuesto, fue denominada, a la luz del sumamente desarrollo posterior, "Alianza de Amor histórica del 18 de octubre de 1914". A la conferencia del 18 de octubre de 1914 se la llamó "acta de fundación". Ella señala la hora de nacimiento de la Obra de Schoenstatt.




Imagen del Santuario original


 

EL PARALELO INGOLSTADT-SCHOENSTATT

A principios de 1915 los congregantes de Schoenstatt tomaron conocimiento de la existencia de la congregación mariana de Ingolstadt en Baviera. Esta congregación vivió su apogeo de piedad mariana en el s. XVI bajo la dirección del venerable P. Jacobo Rem SJ y ejerció una profunda influencia apostólica en su radio. Como los jóvenes de Schoenstatt aspiraban a algo similar denominaron a la corriente nacida el 18 de octubre de 1914: "el paralelo Ingolstadt-Schoenstatt". Asimismo tomaron de la congregación de Ingolstadt el título "Madre tres veces Admirable" denominando así, en abril de 1915, a la imagen de María que entronizaran en la antigua capilla de San Miguel. Como se demostró con el tiempo, el nombre fue muy bien escogido. La Santísima Virgen comenzó a actuar admirablemente desde su nuevo Santuario.

A diferencia de otros lugares de peregrinación la Virgen no medió en Schoenstatt gracias de sanaciones físicas sino que se manifestó como Madre y Educadora del "hombre nuevo", de la "creación nueva en Cristo Jesús". Como se acostumbrara a decir en Schoenstatt: obró milagros en las almas. Todo el que llegase a Schoenstatt debería recibir tres gracias: la gracia de cobijamiento en Dios, de la transformación interior y del envío y fecundidad apostólicos.

 

EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Algunos de los congregantes schoenstattianos hicieron tan suya esta "idea predilecta" que en los campos de batalla de la primera guerra mundial ofrecieron su vida a la Madre Tres veces Admirable como sacrificio para la realización del plan del 18 de octubre de 1914. Entre ellos se destaca, en primer lugar, José Engling: un congregante que antes de ser llamado a filas fuera durante un año prefecto de la congregación de Schoenstatt. En el frente de Flandes, el 3 de junio de 1918, formuló la siguiente súplica en una oración de consagración a la Sma. Virgen: "si es compatible con tus planes, déjame ser una ofrenda para las tareas que has encomendado a nuestra congregación". Con su heroica muerte en la tarde del 4 de octubre de 1918 quedó sellado su ofrecimiento. Cerca del lugar de su muerte en Cambrai, Francia, se levanta un Santuario de Schoenstatt y un sencillo memorial que se han convertido en signo de unidad entre franceses y alemanes. En 1964 el tribunal diocesano de Tréveris concluyó su tarea en el proceso de beatificación de José Engling y derivó la causa a Roma.

 

UN MOVIMIENTO APOSTOLICO

Con el paso del tiempo los congregantes schoenstattianos fueron conquistando en el frente, en los cuarteles y en los hospitales, compañeros que se abrieron a la idea de la Alianza de Amor con la Madre tres veces Admirable y a los fines pedagógicos-apostólicos de Schoenstatt. El Padre Kentenich lo interpretó como una señal de la Divina Providencia. Cuando los soldados regresaron del frente fundó con ellos, el 20 de agosto de 1919, la "Federación apostólica", la primera de las comunidades apostólicas laicales de Schoenstatt. La Federación que en un principio estuvo prevista sólo para varones universitarios, se amplió al año siguiente incorporando las comunidades femeninas.

Asimismo en el año 1920 el Padre Kentenich constituyó la "Liga" que, de modo, análogo a la Federación aunque con una forma de organización más amplia, agrupa en diversas ramas a sacerdotes y laicos, a varones y mujeres, a miembros de todas las edades y profesiones. En el año 1926, con la fundación del Instituto de las Hermanas de María de Schoenstatt, el Padre Kentenich comenzó con las fundaciones de los Institutos seculares de Schoenstatt. Una década después del acto fundacional del 18 de octubre de 1914, el "Movimiento apostólico de Schoenstatt", surgido de la congregación mariana de la casa de estudios de Schoenstatt, se había desarrollado de tal modo que era contado entre las fuerzas más vitales de la Iglesia alemana.

 

LA PERSECUCION

La persecución nacionalsocialista a la Iglesia ocurrida entre los años 1933-1945 alcanzó al Movimiento de Schoenstatt con especial dureza. El Fundador, Padre Kentenich, y varios sacerdotes colaboradores fueron enviados al campo de concentración de Dachau. Sin embargo la persecución no logró lo que pretendían los dueños del poder en la Alemania de aquel entonces sino todo lo contrario. La Obra de Schoenstatt no se desintegró; las pruebas a las que fue sometida la llevaron a un crecimiento en profundidad y en amplitud.

Así como desde 1934 dos tumbas detrás del Santuario original de Schoenstatt dan testimonio del heroísmo de la generación fundadora en la primera guerra mundial, otras dos tumbas recuerdan, desde 1946, a las víctimas del régimen nazi. Una de ellas lleva el nombre del Padre Albert Eise quien diera su vida en Dachau en 1942. La otra el del Padre Franz Reinisch quien fuera decapitado en el mismo año y quien es considerado un mártir de la libertad de conciencia.

En unión al Santuario, estas tumbas son un símbolo de la ley de vida que diera origen a Schoenstatt y según la cual debe seguir existiendo: "Nada sin tí, nada sin nosotros", es decir, nada sin la Santísima Virgen, sin el Dios trino y su gracia pero, a su vez, nada sin la colaboración de los instrumentos humanos aliados que Dios y María han convocado para la realización de sus planes para con Schoenstatt. Schoenstatt también depende decisivamente del sacrificio y de la fidelidad de sus miembros.

 

HASTA LA MUERTE DEL FUNDADOR

En los años posteriores a 1945 la Obra de Schoenstatt se extendió más allá de Alemania, sobretodo en países no-europeos. El Fundador mismo emprendió varios viajes recorriendo Africa y América del Sur y del Norte con el fin de anunciar el mensaje de Schoenstatt, erigir Santuarios de la Madre tres veces Admirable y despertar a la vida comunidades de Schoenstatt.

Un examen por parte de las autoridades de la Iglesia -del episcopado alemán y de la Santa Sede- que comenzara en 1949 y se extendiera con algunas interrupciones hasta 1965, fue de importancia decisiva para el desarrollo de la Obra. A lo largo del mismo el Padre Kentenich fue separado de su fundación en 1951 y exiliado en Milwaukee, EE.UU, durante catorce años. Como en todos los acontecimientos de su historia, la Familia de Schoenstatt vio también en esta medida la conducción de la Providencia de Dios. Efectivamente, el día en que se celebraba el 50º aniversario de su existencia, en 1964, la Obra recibió la plena aprobación por parte de la Iglesia. Un año después, en la Nochebuena de 1965, el Fundador regresaba a Schoenstatt luego de haber sido recibido y honrado por el Santo Padre.

Allí el Padre Kentenich continuó trabajando con gran solicitud y entrega en la consumación de la Obra que le fuera confiada por Dios casi tres años aún. El 15 de setiembre de 1968, fiesta de los siete dolores de la Virgen, inmediatamente después de haber celebrado la Santa Misa falleció en la recién inaugurada Iglesia de la Adoración en el Monte Schoenstatt. Tenía 83 años de edad. Según su deseo fueron grabadas sobre su tumba las palabras: DILEXIT ECCLESIAM (Amó a la Iglesia).

 

DESPUES DE LA MUERTE DEL FUNDADOR

La muerte del Fundador de una asociación, orden o movimiento religioso supone siempre una profunda incisión en la vida de la fundación, que puede llegar incluso hasta el cuestionamiento de su continuidad.

Desde la muerte del Fundador, la Obra de Schoenstatt se ha ido extendiendo en nuevos puntos del globo terráqueo en un proceso de crecimiento paulatino y constante. Un signo visible de esta expansión es el incremento de centros de Schoenstatt en todo el mundo cuyos núcleos son los Santuarios de la Madre tres veces Admirable. Más de un centenar de estos Santuarios se encuentran expandidos en todos los continentes y su número crece de año en año. Igualmente la figura del Fundador despierta, desde su muerte, creciente interés y admiración. Cada vez son más las personas que experimentan en el Padre Kentenich respuestas vivas y esclarecedoras a los conflictos e interrogantes de la vida moderna.

En la audiencia general del 8 de abril de 1970, cuando aún no habían transcurrido dos años de su muerte, el Papa Pablo VI definió ante miles de peregrinos al Padre Kentenich como "meritorio sacerdote y padre espiritual" colocándolo ante los creyentes como modelo de amor y fidelidad a la Iglesia. Durante su visita a la Catedral de Fulda, el 17 de noviembre de 1980, el actual Papa Juan Pablo II incluyó al Padre Kentenich entre las figuras sacerdotales más destacadas de la Alemania del s. XX. Días después, ya en Roma, declaró: "En agradecido reconocimiento por su herencia espiritual he destacado durante mi reciente visita a Alemania, en Fulda, al Padre Kentenich como a una de las figuras sacerdotales más grandes de la historia reciente y así he querido honrarlo de forma especial". Cinco años más tarde el Papa Juan Pablo II volvió a honrarlo de forma aún más significativa al celebrar, junto con representantes de la Familia de Schoenstatt de todo el mundo y en presencia de numerosos cardenales y obispos, el centenario de su nacimiento.

En este contexto se comprende que el 10 de febrero de 1975 el obispo de Tréveris haya dado apertura al proceso de canonización del Padre Kentenich.




interior del santuario original


 

ESTRUCTURA Y ORGANIZACION

La Obra de Schoenstatt es una fundación original y multifacética que no encuentra fácilmente un paralelo en la Iglesia. Concientemente orientado en los objetivos de la Obra y guiado por la Divina Providencia el Padre Kentenich trabajó hasta su muerte en la conformación de la Obra de Schoenstatt. Así como él la constituyó abarca en su totalidad los Institutos, las Federaciones, la Liga, el Movimiento popular y de peregrinos.

Una característica de la Obra es que las distintas comunidades no dependen jurídicamente las unas de las otras sino que gozan de una total independencia en la conformación y el cultivo de su vida. Lo que las une y vincula es la Alianza de Amor con la Madre tres veces Admirable de Schoenstatt, el Fundador en común, la espiritualidad que él cimentara en ellas y que se concreta de modo diferente según el estado de vida y las características de cada comunidad, y los tres fines de la Obra que el Padre Kentenich acostumbrara expresar en los siguientes términos:

1. La formación del "hombre nuevo en la nueva comunidad"

2. La reconquista de la misión histórico-salvífica de occidente.

3. La constitución y animación de una confederación apostólica universal (CAU) en la Iglesia.

Otro rasgo característico de la Obra de Schoenstatt es que la participación en cualquiera de sus comunidades no señala diferencia alguna de rango o categoría. Lo determinante para la pertenencia a una comunidad es la vocación que se deriva del llamado personal de Dios a cada miembro. Por otro lado, según la concepción del Fundador, los Institutos y las Federaciones tienen la tarea de estar corresponsablemente, en la mayor medida posible, a disposición de las ramas de la Liga y del Movimiento popular y de peregrinos.

 

EL MOVIMIENTO POPULAR Y DE PEREGRINOS

El movimiento popular y de peregrinos de Schoenstatt fue surgiendo en torno a los Santuarios de la Madre tres veces Admirable que, a partir de la segunda guerra mundial, se erigieron en distintas partes del mundo. Réplicas exactas del Santuario original de Schoenstatt ellas son asimismo centros de vida religiosa. Es propio del Movimiento popular y de peregrinos el peregrinar a alguno de estos Santuarios y sellar con la Santísima Virgen la Alianza de Amor que habrá de convertirse, para quienes la hayan sellado, en fuente de fuerzas y en un concreto estilo de vida en el sentido de la santificación de la vida diaria. El Movimiento popular y de peregrinos no está organizado en grupos. Sin embargo, de acuerdo a la misión pedagógica de Schoenstatt, a cada peregrinación se le ofrece contenidos formativos con el fin de activar en amplios círculos populares el espíritu misionero y la responsabilidad cristiana. Este es el motivo por el cual, normalmente, las peregrinaciones a los Santuarios de Schoenstatt no suelen ser multitudinarias sino que se realizan por grupos permitiendo así una atención más directa.

 

LA LIGA APOSTOLICA

En el año 1920 el Padre Kentenich llamó a la vida a la "Liga apostólica de Schoenstatt", para ofrecer así a amplios círculos de católicos que no se sintiesen llamados a formar parte de la "Federación apostólica" la posibilidad de colaborar en la Obra de Schoenstatt. Desde un comienzo la Liga fue constituida en base a ramas independientes agrupadas según sexo y estado de vida. La Liga está conformada por comunidades de sacerdotes, de hombres, de madres, de familias, de mujeres solteras, de enfermos. Cada una de ellas tiene su propia dirección. A diferencia del Movimiento popular y de peregrinos, en la Liga se acentúa más la vinculación a la comunidad aún cuando no sea obligatorio formar parte de un grupo estable. También el grado de intensidad del cultivo de la vida interior en la perspectiva de la Alianza de Amor es mayor y se ve asegurado por un cierto estilo de vida elaborado y asumido libremente por sus miembros. Una de las tareas primordiales de las agrupaciones de la Liga consiste en hacer presente y efectivo al Movimiento de Schoenstatt en las parroquias y en las diócesis y en el empeño por la evangelización del mundo tanto en el ámbito de la vida privada como laboral.

 

LA FEDERACION APOSTOLICA

Cuando la Obra fundada por el Padre Kentenich el 18 de octubre de 1914 comenzó a difundirse más allá del radio territorial de Schoenstatt, el Fundador llamó a la vida en primer lugar, en agosto de 1919, a la "Federación apostólica". En un breve espacio de tiempo agregó a la primera comunidad de la Federación, constituída sólo por varones, comunidades de Federación exclusivas para sacerdotes, mujeres y matrimonios. Las diferentes comunidades ("Federaciones") tienen la tarea de educar cristianos y grupos de cristianos dirigentes que trabajen tanto en la Obra de Schoenstatt como en la Iglesia y en su misión en el mundo en primer lugar a través de lo que el Padre Kentenich ha denominado el "apostolado del ser". Para poder cumplir esta tarea cada una de las Federaciones aspira a la perfección del estado de vida correspondiente en el espíritu de los consejos evangélicos. Los miembros mantienen un vínculo estable con su comunidad y participan vitalmente de la misma. De igual modo, en el marco de sus estatutos, se subordinan libremente a la dirección de la Federación.

 

LOS INSTITUTOS

Con el fin de proporcionarle un sólido núcleo a esta Obra multifacética y universal el Padre Kentenich fundó seis comunidades reconocidas por el derecho canónico como Institutos seculares o cuyo reconocimiento se está tramitando aún. En ellos debiera verse reflejado, en la forma más nítida posible, el ideal del "hombre nuevo en la nueva comunidad".

Los sacerdotes diocesanos de Schoenstatt

Este Instituto surgió como fruto de la Federación y de la Liga de sacerdotes diocesanos de Schoenstatt. Sus miembros están incardinados a sus diócesis respectivas y su trabajo pastoral tiene lugar dentro de las mismas. Aspiran a un estilo de vida ascético acorde a las exigencias de un sacerdote del clero diocesano y como comunidad buscan mantener despierto el sentido para un trabajo pastoral adaptado a las necesidades del mundo actual. El 14 de marzo de 1989 el obispo de Tréveris erigió la comunidad como Instituto secular según el derecho canónico.

Los Padres de Schoenstatt

A diferencia de los sacerdotes diocesanos de Schoenstatt este Instituto está constituído por sacerdotes que pueden ser incardinados a su propio Instituto y que, en su mayoría, llevan vida comunitaria. El fin primordial del Instituto es el servicio sacerdotal directo a la Obra de Schoenstatt y a sus comunidades. De ahí que, en lo fundamental, sus miembro sean requeridos en las centrales de la Obra de Schoenstatt en los diversos países para el específico asesoramiento de las comunidades de Schoenstatt.

El Instituto fue erigido canónicamente el 18 de julio de 1965 y posteriormente fue constituído Instituto de derecho papal.

Las Hermanas de María de Schoenstatt

La Comunidad de las Hermanas de María fue fundada por el Padre Kentenich en 1926 y erigida canónicamente como Instituto secular el 20 de mayo de 1948. Es el más antiguo de los Institutos seculares de Schoenstatt. Es también el más desarrollado en cuanto a expansión, número de miembros, situación jurídica y formas de vida. En 1976 fue reconocido como Instituto de derecho papal.

A semejanza de María, definida en términos del Concilio Vaticano II como "miembro sobreeminente y del todo singular de la Iglesia" y "prototipo y modelo destacadísimo en la fe y caridad", las Hermanas de María ven su misión en ser alma de un movimiento femenino en el que la mujer sea educada para el cumplimiento de su compleja misión en el matrimonio y en la familia, en la vida virginal y en el ámbito laboral y para asumirla con la debida responsabilidad apostólica por el Reino de Dios en la tierra.

La Comunidad posee la flexibilidad propia de un Instituto secular. Sus constituciones, por ej. no presentan como obligatoria la vida en común. Según las exigencias del apostolado o de la educación de sus miembros la dirección de la comunidad puede nuclearlos como "internos" en una vida comunitaria o enviarlos como "externos" al ejercicio de una tarea apostólica en medio del mundo.

El Instituto Nuestra Señora de Schoenstatt

Los miembros que componen el Instituto Nuestra Señora de Schoenstatt adhieren al ideal de los consejos evangélicos y viven siempre en medio del mundo ejerciendo una profesión libremente elegida que constituye, al mismo tiempo, la forma concreta de su apostolado. Desde su originalidad aspiran a ser también alma de un movimiento femenino, a personificar, a imagen de María, el ideal femenino según el deseo de Dios, a santificar el trabajo laical y a colaborar en medio del mundo en las tareas apostólicas de la Iglesia.

El Instituto constituído en 1946, fue reconocido como Instituto secular de derecho papal en 1977.

Los Hermanos de María de Schoenstatt

El Padre Kentenich fundó esta comunidad en el campo de concentración de Dachau el 16 de julio de 1942. Los Hermanos de María desean dedicarse a todos los trabajos apostólicos de la Iglesia en la pastoral con hombres y jóvenes. Viven según los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia y aspiran a personificar el ideal del laico misionero presente en medio del mundo. La pertenencia al Instituto supone la posibilidad de vivir como "interno" en una casa en común en razón de las tareas apostólicas y del cultivo del espíritu o como "externo" en una vida en medio del mundo dedicada al ejercicio de la profesión laical.

El Instituto fue reconocido por la Iglesia en 1993. Sus miembros trabajan en Europa y en Sudamérica.

El Instituto de las Familias

También este Instituto fue fundado por el Padre Kentenich el 16 de julio de 1942 durante el período más difícil de la vida en el campo de concentración de Dachau. Junto con la Federación de matrimonios y a la rama de matrimonios de la Liga, el Instituto de las Familias aspira a hacer realidad en la vida concreta el ideal del matrimonio y de la familia católica, a practicar una pedagogía y ascesis acorde a las necesidades familiares y al tiempo actual y a cultivar las sanas costumbres propias de la vida familiar. El Padre Kentenich ha designado a la Obra de las Familias "fundamento y corona" de la totalidad de su fundación. Ella es, en efecto, una de las ramas más florecientes de la Obra de Schoenstatt que, en un desarrollo silencioso y perseverante, se va extendiendo de país en país.

 

LA DIRECCION DE LA OBRA DE SCHOENSTATT

Dentro del Movimiento de Schoenstatt la responsabilidad última descansa en un Presidium generale conformado por representantes de los Institutos, de las Federaciones y de la Liga. Su responsabilidad abarca a la Obra de Schoenstatt sólo en su conjunto. Ya que la Obra es una confederación de comunidades autónomas, el Presidium generale no puede intervenir en materias que constituyan cuestiones internas de las comunidades en particular.

De especial significado para la vida y el actuar de la Obra de Schoenstatt en los diversos países es la conformación de la así llamada "central nacional". Ella constituye el núcleo que garantiza el cultivo del espíritu en las diversas ramas de la Liga y en el Movimiento popular y de peregrinos. La central está constituída por sacerdotes y laicos que, en su mayoría, son puestos a disposición de la misma por los Institutos y las Federaciones.

 

LA ESPIRITUALIDAD DE LA OBRA DE SCHOENSTATT

Fiel a su misión de Fundador, el Padre Kentenich plasmó en la Obra de Schoenstatt la riqueza de un carisma regalándole una espiritualidad original y amplia que favorece la práctica de una vida cristiana auténtica y misionera en nuestros días. Algunos de los rasgos fundamentales de la misma son los siguientes:

 

UNA PIEDAD MARIANA

La Santísima Virgen María fue para el Padre Kentenich la encarnación plena del "hombre nuevo", de la "creación nueva", a la que se orienta la obra salvífica de Cristo. De ahí que en todo su actuar como Fundador y educador de las comunidades de Schoenstatt el Padre Kentenich intentara destacar del modo más pleno y profundo posible la posición y misión de la Sma. Virgen en toda la obra redentora de Cristo y presentara su imagen como modelo para la educación del hombre formado según el deseo de Dios. Al mismo tiempo veía en María a la Madre y Educadora del hombre nuevo y en su propia actividad educativa no buscó más que ser un instrumento de María y conducir a los hombres a su escuela de educación.

 

UNA PIEDAD DE ALIANZA

La piedad mariana de la Obra de Schoenstatt recibe un cuño original por la Alianza de Amor. Así como toda la Obra ha nacido de la Alianza de Amor con la Sma. Virgen sellada por el Fundador y la primera generación, así también cada miembro de la Obra de Schoenstatt lo es en la medida en que sella la Alianza de Amor con la Madre tres veces Admirable de Schoenstatt y hace de ella la norma y el estilo de su vida.

Esta alianza lo integra en una escuela que lo capacita para insertarse del modo más profundo posible en la alianza salvífica que Dios nos ofreció en su Hijo Jesucristo. La vinculación a María conduce a una actitud mariana que lleva a los hombres, con María y como Ella, a la libre decisión de vivir en alianza con el Dios vivo. El Padre Kentenich proclamaba la idea central de esta piedad de alianza con las palabras: "en Alianza de Amor con María nos unimos a Cristo y por El, en el Espíritu Santo, al Padre".

 

UNA PIEDAD INSTRUMENTAL

Con sobradas razones la Familia de Schoenstatt cree en una especial conducción de la Providencia divina a lo largo de su historia nacida de un comienzo inaparente y desarrollada a menudo bajo enormes dificultades. A la luz de esa convicción de fe, en lo más profundo, ella no se considera a sí misma como un fruto del pensamiento y la actuación humanos sino como una obra y un instrumento de la Sma. Virgen, y, en última instancia, del Dios Trino. Una orientación muy concreta a la voluntad de Dios en la luz de la fe en la Providencia y la permanente disponibilidad instrumental frente a Dios y a sus planes son rasgos fundamentales de la espiritualidad específicamente schoenstattiana.

 

LA SANTIDAD DE LA VIDA DIARIA

La aplicación pedagógica de la Alianza de Amor en la vida práctica ha desarrollado la doctrina de la "santidad de la vida diaria" en la historia de la Obra de Schoenstatt. Esta expresión designa una forma de piedad laical llamada a dar luz al mundo a cristianos activos que vivan en sus familias y en la sociedad de acuerdo al mensaje evangélico. Se trata, en definitiva, de la redención del mundo en todos sus ámbitos. La idea de santidad de la vida diaria ha jugado un rol preponderante en la gestación de los Institutos seculares de Schoenstatt.

 

UN ESPIRITU MAGNANIMO

La vida en Alianza de Amor con la Santísima Virgen presupone como actitud básica un espíritu magnánimo. Con el fin del alcanzarlo y asegurarlo el Padre Kentenich ha acuñado en la vida y educación de sus comunidades, como norma determinante de su actuar, el siguiente principio: "vínculos (que obliguen bajo pecado) sólo en lo necesario; libertad (que aspire al máximo grado de amor) y cultivo del espíritu (que intenta hacer realidad tal grado de amor) tanto como sean posibles".

Este principio fundamental se concreta, por ej. en la consagración-contrato que se sella en los Institutos seculares de Schoenstatt en lugar de los votos propios de otras comunidades religiosas. Como su nombre lo indica la consagración-contrato se limita a un mero contrato de derecho natural que vincula al miembro con la comunidad y que es elevado a la altura de un acto religioso y de una total entrega a Dios en virtud de una consagración netamente ascética a la Madre tres veces Admirable de Schoenstatt. La consagración-contrato tiene en común con los votos esta entrega total e irrestricta a Dios en el amor. Pero se distingue de ellos en cuanto que prescinde del vínculo jurídico-positivo que obliga en conciencia bajo pecado mortal y lo reemplaza por una educación y formación espiritual intensivas. En los Institutos seculares y en las Federaciones de la Obra de Schoenstatt la tarea de formación espiritual recae, en primer lugar, en las comunidades libres de los cursos, ya que conforman su aspiración ascética en base a libres iniciativas que emanan del ideal que ellos mismos eligen de acuerdo a las inclinaciones y vocaciones propias de sus miembros.

 

UN ESPIRITU FAMILIAR

A partir del axioma teológico que expresa que para conducir la naturaleza a su perfección, la gracia debe asentarse y construir sobre ella, todas las comunidades de la Obra de Schoenstatt buscan asemejarse, en cuanto es posible, a una familia natural de modo que el pueblo de Dios, sea verdaderamente "familia de Dios". A la luz de este pensamiento es comprensible que en Schoenstatt se cultive y acentúe la vinculación al Santuario de la Madre tres veces Admirable en el cual, los miembros de la Obra en todo el mundo, reconocen el lugar de nacimiento espiritual de la Familia de Schoenstatt, su hogar y centro local.

También es parte del sentido de familia de la Obra de Schoenstatt el que sus comunidades vean en su Fundador al padre espiritual que les ha sido regalado por Dios y en cuyo ser y actuar se reflejara ejemplarmente el Dios eterno del cual toma nombre toda paternidad en la tierra y en el cielo (Ef. 3,15). La posición del Fundador como Padre de su Familia es, en el sentido más profundo, una referencia a Dios Padre y tiene por ello una importancia relevante en la perspectiva del tiempo actual, de una época en la que apenas se reconoce a Dios como Padre y en la que la paternidad se ha vuelto un problema acuciante. Esta concepción apoya y fomenta a su vez la orientación fundamental de la vida cristiana que, con Cristo, en el Espíritu Santo, todo lo refiere al Padre.




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